Entrevista | Nacho Solana, María Blasco y Rodrigo Espinel «Los ciudadanos desconocen que España es un país de ciencia, con una investigación puntera»
‘Siempre + positivo’ es el cortometraje documental dirigido por Nacho Solana que protagonizan el entrenador de fútbol Louis van Gaal, famoso, entre otras cosas, por su frase «tu interpretación es siempre negativa, nunca positiva», que pronunció en una rueda de prensa cuando era el míster del Barça, y María Blasco, reputada científica y directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas. En el cortometraje, ambos charlan sobre el cáncer, enfermedad que van Gaal padeció recientemente. La producción ha corrido a cargo de Rodrigo Espinel, de Morena Films.
Con Nacho Solana, María Blasco y Rodrigo Espinel he tenido el placer de charlar en el marco de la SEMINCI, donde se ha presentado este documental, que puede encontrarse también en plataformas como Filmin o YouTube y que forma parte de una iniciativa benéfica cuya misión es concienciar a la gente acerca de la importancia de la investigación oncológica.
Pregunta. Más allá de un cortometraje, ‘Siempre positivo’ es una iniciativa para concienciar acerca del valor y la importancia que tiene la investigación sobre el cáncer. ¿Cómo surgió este proyecto?
Nacho Solana. El cortometraje es una pieza que hemos intentado que funcione por sí misma, pero que encaja en una especie de campaña de visibilización del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). La idea surge del creativo Jorge Martínez, que trabaja mucho con el CNIO, que diseñó una campaña en la que, inicialmente, iba a haber un anuncio, ese anunció creció a cortometraje, entró también la productora Morena Films y, concretamente, Rodrigo Espinel, que es el productor del corto, con el que yo estoy trabajando en otros proyectos y, entonces, me llamaron.
Lo hemos hecho de forma altruista porque la investigación sobre el cáncer es un tema que nos preocupa a todos, que, de una manera u otra, nos afecta. En ese aspecto, es una campaña muy bonita y sientes la responsabilidad de participar, de manera que si puedes y tienes un espacio donde crees que puedes aportar algo, dices: adelante.
El primer paso fue pensar quién iba a ser el protagonista. En la parte de investigación, la protagonista estaba claro que tenía que ser María Blasco, la directora del CNIO, pero luego apareció esta oportunidad de trabajar con Louis van Gaal, que tiene una experiencia con la enfermedad durísima, muy impactante, porque ha habido muchos casos en su familia, entre ellos, sus padres, su primera mujer, y luego él también ha sido paciente de la enfermedad. Hablar del cáncer en términos de superación es complicado y María dice que supone responsabilizar al paciente, pero podemos decir que Louis van Gaal ha superado la enfermedad en un proceso, además, muy adverso para él, en un momento profesional delicado porque estaba al frente de la selección holandesa en el mundial -él entrenaba con los jugadores, que no sabían nada, y por la tarde se iba al tratamiento o a descansar, y llegaron a cuartos-, y su historia es fascinante. Entonces, en ese aspecto vimos enseguida que lo que había que hacer era dejarles hablar a él y a María y encontrar un ambiente y unos temas. Nosotros lo que hicimos fue trabajar con los puntos en común, en qué líneas íbamos a seguir en la conversación para, después, dejar que fluyera. El trabajo posterior de dirección ha consistido casi exclusivamente en conseguir capturar eso que sucedió en una conversación entre ellos y dejarla de una forma lo más natural posible, reduciéndola de tiempo porque fue una larguísima, evidentemente, y haciendo que al público le llegue y le emocione.
El objetivo es que lo vea mucha gente. Hay una pieza de dos minutos y medio, que es un tráiler, y luego está la pieza principal que son catorce minutos. La idea era marcar también ciertas inflexiones en la conversación, momentos de pausa, ver dónde colocar los momentos del pasado de cada personaje. Hay una parte más de estructura narrativa, pero siempre intentando que fuera lo más invisible posible. No es un corto para lucirse técnicamente. Lo importante es que el mensaje llegue.
P. ¿Por qué elegisteis rodarlo en el vestuario de un equipo de fútbol?
N.S. Esa decisión no fue nada evidente. Estuvimos dándole vueltas y pensamos en algún sitio más aséptico, neutro, pero, de pronto, me pareció muy interesante llevar a María al terreno de juego del deporte. Nos funcionaba hablar de ciencia en ese entorno y, así, también el entrevistado se iba a sentir más cómodo y se iba a generar en el espectador esta familiaridad por ser un sitio más reconocible. Lo consensuamos entre mucha gente, pero fue una apuesta personal la de buscar un vestuario. Creo que le aporta algo a la conversación.
P. ¿Barajasteis algún nombre aparte de Louis van Gaal?
N.S. No. Siempre fue él. Sí que hablamos mucho de en qué contexto ponerlo, en qué momento entraba María, si hacíamos algo antes con él o no, qué importancia darle, por ejemplo, a la rueda de prensa famosa. Al final, el título tiene esta cosa un poco publicitaria, un concepto muy claro: Louis van Gaal dijo «siempre negativo», pues nosotros decimos «siempre positivo». Se han hecho camisetas también con esto, en colaboración con El Ganso.
Hubo, de hecho, una conversación sobre qué peso debía tener la rueda de prensa y, al final, se han quedado dos guiños en el documental. Creo que el corto tiene que tener un poco de humor, que eso siempre rompe. Y en los pases que hemos tenido con público, hay un par de momentos, uno de ellos el de la rueda de prensa, en los que la gente se ríe. Y es que aquella fue una frase que todo el mundo conoce. Yo tenía diecisiete años y en el patio del instituto todo el mundo la comentaba. En el programa del guiñol lo repetían también. Es como el primer meme. Jugar con ese imaginario, coger la frase y darle la vuelta y llevarlo a lo positivo era muy atractivo. Además, Louis van Gaal es una persona muy positiva. Yo lo he visto solo dos veces en persona y es cercano, alegre, le gusta mucho hablar con la gente. Esta imagen casi de ogro que teníamos de él no se corresponde con la realidad. Y está también muy concienciado con la misión de visibilización que puede hacer.
Ahora María te contará, pero en el CNIO les interesaba mucho llegar al mundo deportivo porque suponía abrir un abanico de gente a la que se le descubriera qué es el CNIO. Hay figuras deportivas y culturales más importantes que Louis van Gaal, pero él también es una figura muy importante y, además, por su edad puede llegar a un rango de gente que, quizá, sea más interesante para el CNIO, que es la franja de población de los treinta para arriba.
P. Oye, ¿y cómo llega un ingeniero al cine?
N.S. Yo soy de Santander y allí no había escuelas de cine, entonces, no pensé que fuera posible dedicarse a ello. Soy del ochenta y dos y, cuando yo empecé, cántabros que habían hecho cine sólo había dos: Mario Camus y Gutiérrez Aragón. Luego, con el tiempo, aparecieron Vigalondo y Daniel Sánchez Arévalo y Siminiani, pero cuando tenía diecisiete años, no tenía referentes. Como se me daban bien los números y las matemáticas, me metí a Ingeniería y, como soy cabezón, la terminé, pero siempre me ha gustado el cine. Con diecisiete no sabes y te matriculas en lo primero que pillas, pero con veintidós, ya me podía ir de casa y vivir otras cosas.
P. María, me quito el sombrero ante personas que tenéis un trabajo tan importante como es la investigación para frenar enfermedades.
M.B. Investigar me gusta. De hecho, hace falta que más niños y niñas, sobre todo niñas, se dediquen a algo por el bien común como es la investigación. Además, la mayor parte de la investigación se hace en un contexto académico, público digamos, y el objetivo que tiene es altruista, en el sentido de que se trata de avanzar en el desarrollo de la Humanidad, en este caso, para luchar contra enfermedades como el cáncer, que es una enfermedad que está en aumento por el envejecimiento demográfico porque cada vez, porcentualmente, hay más gente mayor. La pirámide de población española y, en general, del mundo está envejeciendo, por tanto, tenemos que saber cómo detectarlo antes, cómo prevenirlo mejor y cómo tratarlo más eficientemente.
P. La investigación es un terreno complicado por la falta de medios. ¿Qué es lo que hace que no tiréis la toalla?
M.B. Es verdad que podría haber más inversión en investigación, nuestro país no llega a la media europea de inversión en investigación, pero no es precario en el sentido de que en España tenemos centros de investigación que son punteros en el mundo. Se hace una investigación muy buena; de hecho, hay unos centros que se llaman Severo Ochoa y unas unidades María de Maeztu, ahora mismo hay sesenta casi y son centros equiparables a cualquier centro de investigación top en otros países como EE.UU. o Reino Unido. Quiero decir que tampoco seamos pesimistas. Lo que sí que es precaria es la posibilidad de contratación de personal, de ofrecer salarios competitivos. En ese tema sí necesitamos más flexibilidad porque somos menos competitivos. Afortunadamente, ha habido muchas estabilizaciones y los contratos por obra y servicio ya casi no existen. Eso ha sido algo muy positivo, que, de alguna manera, ha dado estabilidad a la carrera de investigador.
Es muy desconocido para los ciudadanos que el nuestro es un país de ciencia, que hay una investigación puntera y que eso quiere decir que merece la pena invertir en ciencia, que no es dinero tirado porque hay centros y científicos muy buenos. Y fuera de nuestro país también los hay y tendríamos que intentar atraerlos.
P. ¿Cómo es ese momento en que uno descubre algo que es crucial para curar una enfermedad?
M.B. El descubrir algo que sabes que nadie más ha visto antes, es decir, cuando tú te das cuenta de que eres la primera persona que está observando algo y tienes la intuición de que ese algo va a ser importante porque has estado buscándolo y sabes que hay mucha gente buscándolo también, es una sensación de una inmensa satisfacción, es una especie de «Eureka». No sé si la palabra es esta, pero sí que es como «¡guau!, soy la primera persona -o el primer equipo, porque esto no lo hace una persona sola, lo hace un equipo- que descubre esto». Y la Ciencia no es nacional, es internacional -no tendría sentido si no fuera así-, entonces es el primer equipo del mundo que lo descubre. No se puede descubrir una cosa dos veces ni tres.
P. ¿Qué papel juega la IA en la investigación sobre el cáncer?
M.B. En nuestro mundo, es una revolución, es una herramienta de apoyo. Hay tres grandes campos donde es una revolución. Uno es la estructura de las moléculas de la vida, las proteínas, etc., cuya estructura es fundamental para diseñar terapias y fármacos. Antes se tardaba dos años en encontrar esa estructura y, a veces, ni se conseguía y hora hay algoritmos que pueden predecir la estructura de todas las proteínas de todas las especies del planeta en cuestión de minutos, así que es una herramienta poderosísima. Después, está el análisis de los datos, de nuestro genoma, de nuestro ADN, del ADN del cáncer. Esa capacidad de análisis sobre esos datos que ya se han creado nos va a ayudar a ofrecer los tratamientos más precisos para cada paciente porque cada paciente tiene un cáncer diferente. Y luego está todo el campo de la imagen. Los algoritmos de inteligencia artificial son más certeros, más fiables que los propios médicos a la hora de saber si hay un cáncer de mama o no o incluso de predecir el riesgo de padecer la enfermedad solo con ver una imagen.
En el CNIO estamos apostando por contratar más grupos de inteligencia artificial y velocidad computacional. Son personas que, muchas veces, tienen una formación que no es de una carrera biomédica. Hay matemáticos, de hecho, tenemos una matemática coreana, y también hay físicos e ingenieros. Son otras disciplinas que se unen para resolver una cosa biomédica que es el cáncer.
P. Decías antes que hacen falta más niñas que se dediquen a la investigación. ¿Tú, de pequeña, ya sabías que querías dedicarte a ella?
M.B. Yo quería investigar. En principio, yo quería ser periodista porque veía el periodismo de investigación y quería hacer eso: investigar lo que está pasando. Pero, después, me costó mucho decidirme entre Ciencias y Letras y elegí Ciencias. Pensé que igual las Letras podría ir por mi cuenta, de manera autodidacta, aprendiéndolas y me parecía imposible aprender Ciencias yo sola. Entonces, elegí Ciencias y ahí descubrí la biología molecular, que es entender la vida a nivel molecular y para mí ahí estaba la clave de las enfermedades, de la vida, de la muerte, de por qué vivimos tanto y no vivimos más, de por qué morimos, de si podemos cambiar eso. Vi ahí una herramienta para abordar esos temas, algunos de los cuales pueden parecer cosas imposibles: es imposible alargar la vida, es imposible no morirte. Bueno, pues es que hay especies que no envejecen, otras que viven cuatrocientos o quinientos años, otras que viven miles de años. Entonces, entender todo eso me parecía fascinante y es a lo que me dedico. Supone conocerte a ti mismo y el mundo en que vivimos desde el punto de vista biológico, desde el punto de vista de la vida.
P. ¿Cómo ha sido tu experiencia en el cortometraje?
M.B. Nacho ha sido un director magnífico, me he sentido muy cómoda todo el rato con él, creo que ha sacado lo mejor de mí como actriz. Y con Louis van Gaal también, ha sido un gusto conocer a alguien tan luchador, con una vida personal tan marcada por el cáncer. A mí, aunque soy científica, me gustan mucho todas las cosas de Humanidades, el Periodismo, como te decía, la Comunicación, así que me ha encantado participar en un corto. Doy las gracias también a Morena Films y al Ganso por esta campaña.
Aunque el producto sea este corto maravilloso, es una iniciativa bastante creativa de hacer filantropía para la investigación humana. Y es muy importante la idea de conectar ciencia con deporte y, concretamente, con un deporte tan hegemónico en este país como es el fútbol.
P. Hay una frase que dice Louis Van Gaal al final del corto: «el trabajo lo puedes hacer, la suerte la necesitas». En Ciencia, ¿cuánto influye la suerte a la hora de descubrir algo?
M.B. Sí que influye. Hay una frase famosa de Louis Pasteur, que dice «la suerte es para los que están preparados», que va en la línea de lo que dice van Gaal.
Hace falta suerte, sí. A lo mejor yo he tenido suerte para poder estar implicada en algunos descubrimientos importantes sobre lo que hago, pero estaba ahí y estaba preparada.
P. Rodrigo, ¿cómo ha sido la participación en este cortometraje desde la producción de Morena Films?
R.E. En Morena Films trabajamos, desde hace veinticinco años, en hacer historias que importen. Ese es el ADN de nuestra compañía. Historias no que alucinen, pero sí que inviten a pensar. Hacer un largometraje es un milagro que involucra, normalmente, a cuatrocientas personas durante cuatro años de trabajo, así que, ya que lo hacemos, hagamos algo que invite a pensar, ya sea una comedia como ‘Campeones’ o un drama como ‘En los márgenes’ o un homenaje a las madres como ‘Amor de madre’.
En este caso, nos propusieron involucrarnos y no lo dudamos porque encaja perfectamente con lo que somos. Es verdad que era un proyecto donde no íbamos a ganar dinero, pero es que no todo en esta vida es ganar dinero y creíamos firmemente en la causa. María es maravillosa y el enganche que nos proponían con Louis van Gaal nos parecía que podía ser divertido. Estamos felices de ver hasta dónde nos ha llevado. Ya ves, estamos aquí en la SEMINCI con pase lleno esta tarde, estamos seleccionados en festivales en Irán, en Italia, en Barcelona. Para ser un documental que hemos estrenado en YouTube, que se sale del mercado, que está vinculado al CNIO y a una marca, cosa que, a veces, en nuestro mundillo genera cierto rechazo, estamos más que felices. Por otro lado, ya conocíamos a Nacho Solana, pero hemos trabajado ahora con él por primera vez, que nos apetecía un montón, y vamos a hacer una película juntos y estamos muy contentos, la verdad.