Entrevista | Dani de la Orden «Películas como esta demuestran que hay un cine, más allá del de superhéroes, que consigue conectar con el público»
‘Casa en flames’ (‘Casa en llamas’) es la última película de Dani de la Orden, escrita junto con Eduard Sola. En ella, Montse, una madre de familia divorciada y con unos hijos ya mayores que no le prestan demasiada atención, ansía la llegada del fin de semana, que pasará con su prole en la casa de veraneo que tienen en la Costa Brava. Lleva tanto tiempo esperando ese momento que está dispuesta a cualquier cosa para que nada ni nadie le estropee esa escapada. ¿Lo conseguirá?
Protagonizada por Emma Vilarasau, Enric Auquer, María Rodríguez Soto, Alberto San Juan, Clara Segura, José Pérez-Ocaña y Macarena García, es ya la película en catalán más taquillera de la historia, por encima de ‘Alcarràs’, de Carla Simón, que hasta ahora ostentaba ese mérito. No es de extrañar, pues, que de la Orden acabe de anunciar que tendrá segunda parte: ‘Casa en cendres’ (‘Casa en cenizas’).
Después de tres meses en salas, se presentó en la Sección Made in Spain de la 72ª edición del Festival de San Sebastián y tuve ocasión de charlar con su director.
Pregunta. ‘Casa en flames’ está siendo un éxito. Es ya la película en catalán más taquillera de la historia. ¿Cómo lo estáis viviendo? ¿Os imaginabais que iba a pasar esto?
Respuesta. No, no, qué va. Hoy en día, es muy complicado que una película que no sea de superhéroes tenga éxito, pero con películas como esta o ‘El 47’ se ve que continúa habiendo un cine que consigue conectar con el público. Va mucha gente adulta; por ejemplo, los “martes seniors” [en muchos cines, los mayores de sesenta y cinco años pueden entrar los martes por solo dos euros], las salas se llenan. Hay gente de una determinada edad a la que le apetece ver una película que sea divertida, pero que hable de algo adulto y no esté plagada de efectos especiales. Y, ojo, que también estas las defiendo y me encantan, ¿eh?, pero tiene que haber de todo.
P. ¿Cómo surgió la idea de esta película?
R. Fue en la pandemia. Con Edu Sola. Yo les dije a los productores que quería hacer una especie de ‘Pequeñas mentiras sin importancia’ pero basada en la familia. Me apetecía hacer una película un poco ácida de la parte más oscura de las familias. Y ahí empezó todo. A los productores les gustó la idea y con Edu empezamos a pensar y salió el concepto de la madre. En un inicio, la historia era más coral, pero fue obteniendo protagonismo el personaje de esta madre un poco cabreada por cómo le han ido las cosas y con mucho resquemor dentro.
P. Viendo al personaje de esta madre, uno se plantea hasta dónde se es capaz de llegar para conseguir ciertas cosas.
R. Sí. En la película no eres consciente de lo que quiere la madre hasta pasada la mitad del metraje, hacia el final casi, y creo que eso es lo que hace que el espectador tenga la sensación de no saber muy bien qué está pasando. La película te va llevando. A nivel de guion es el anti-guion porque, en un guion, lo normal es plantear qué quiere el personaje y qué le impide conseguirlo, pero aquí, al principio, parece que la protagonista no tiene ningún impedimento. Esto era un poco lo que más miedo me daba al principio, no sabía si la película se sostendría. Luego, ya se ve que sí porque vas metiendo comedia entre medias y porque todos los personajes tienen algo, de manera que cuando te cansas de uno, pasas a otro. El hecho de que sea una película coral siempre ayuda. Además, es que yo tengo una manera concreta de rodar y de entender el cine. Yo odio aburrirme y me aburro muy fácilmente con muchas películas, soy muy mal espectador en las películas lentas, no tengo esa paciencia y, entonces, en mis películas siempre intento que el espectador no tenga mucho tiempo para pensar, lo cual, a veces, es un error porque, normalmente, las películas un poco más autorales tienen una cadencia y un cierto ritmo un poco más contemplativo, que mola, pero es que a mí no me sale, no lo sabría hacer.
P. ¿Nos cuesta ver a nuestros padres, hijos o hermanos más allá de ese rol de padres, hijos o hermanos?
R. Sí. Tenemos la imagen de nuestra hermana o de nuestro padre como hermana y como padre, pero no nos damos cuenta de que son personas que tienen sus defectos y de que la cagan continuamente.
P. Últimamente, hay bastantes películas que ponen sobre la mesa la incomunicación entre los miembros de la familia. ¿A qué crees que puede deberse que se hable más de temas como este?
R. Yo creo que, si buscamos películas de hace tres años, también las habrá. A lo mejor, ha coincidido que las que tratan estos temas han funcionado muy bien. Por ejemplo, ‘Cinco lobitos’ fue un fenómeno, ‘La casa’ es una película maravillosa que ha tenido muy buena acogida, pero creo que no hemos inventado nada. No sé si hay algún motivo concreto. En mi caso, es que me apetecía hablar de eso.
Creo también que las generaciones han cambiado mucho en muy poco tiempo. Con la entrada de las tecnologías, han cambiado las dinámicas familiares. No tiene nada que ver una madre que ahora tenga treinta años con nuestras madres, que actualmente tienen sesenta. Es tan heavy el cambio de unas a otras que ahí hay algo. Y, seguramente, los que acaban de nacer, cuando tengan treinta años, nos peguntarán por cosas que hacemos nosotros ahora y que ellos no entenderán. A lo mejor, no comprenderán que nosotros nos comprometiéramos con una persona y fuéramos fieles, igual que nosotros nos sorprendemos de que mujeres de generaciones anteriores vieran normal dejar todo por cuidar a la familia.
P. Has hecho mucha comedia, pero también alguna película con tintes más dramáticos como ’42 segundos’. ¿En qué género te sientes más cómodo?
R. En la comedia. Es verdad que empiezo a disfrutar más de la comedia que tiene una base de drama. Creo que es más agradecido. Incluso te diré que me resulta mucho más fácil hacer comedia desde el drama. Me es más sencillo hacer una comedia con una pareja en la que una persona tiene una enfermedad mortal que hacer una comedia tal cual de estudio, como ‘Mamá o papá’. Hacer comedia desde el drama me resulta mucho más cómodo porque los chistes ya rompen con lo demás; sin embargo, si estás haciendo una comedia pura, te lo tienes que currar mucho. Cuando haces una comedia en la que en la portada están los actores con un fondo blanco, las letras gruesas y ves perfectamente que lo que promete la película al espectador es que se va a descojonar, la presión en rodaje y en montaje para que se cumplan esas expectativas es mucho más grande. Entonces, cuando haces una película como ‘Casa en flames’, con la que te ríes, pero la base es otra, el humor funciona mucho más.
P. ¿Qué te gustaría hacer que no hayas hecho ya?
R. Acción. Es mi asignatura pendiente.