Entrevista | Àlex Sardà «Con este corto quería ver qué se despierta si ponemos en tela de juicio a un padre»
‘El Príncep’, es el último cortometraje del cineasta Àlex Sardà. Ha tenido su estreno mundial en la 69ª edición de la SEMINCI, donde ha recibido el premio ‘La Noche del Corto Español’.
El protagonista es Artur, hijo de una familia burguesa y bailarían en una compañía de danza contemporánea. El día del estreno de su nuevo espectáculo su padre es arrestado por corrupción inmobiliaria y, entonces, Artur tendrá que decidir entre proteger a su familia, encubriendo a su padre, o enfrentar las consecuencias de renunciar a sus privilegios.
De los privilegios, las crisis de identidad, el poder de la familia y del cortometraje en sí he charlado con su creador, Alex Sardà.
Pregunta. En una edición anterior de la SEMINCI presentaste ‘Hafreiat’, tu debut en el largometraje, que recibió el premio a mejor documental español. ¿Cómo vives estar otra vez en este festival también con un galardón?
Respuesta. No hemos hecho mucha vida de festival porque llegamos para la última noche, pero estoy muy contento de volver y de volver así. Venir dos veces y salir las dos con un galardón es muy bonito y hace que le cojamos mucho cariño al festival.
P. Eso ayudará de cara a próximos proyectos, ¿no?
R. Sí, este tipo de reconocimientos ayuda mucho a seguir adelante y poder financiar los proyectos nuevos que vienen, así que estamos muy contentos. Y a ver si esto ayuda también para que el corto vaya a otros festivales. De momento, tenemos un par confirmados, pero no lo podemos anunciar porque no se ha hecho público todavía.
P. ¿Cómo surgió la idea de este cortometraje?
R. Con mis anteriores cortos venía ya investigando diferentes temas en relación con las masculinidades contemporáneas y esta vez tenía claro que quería poner el foco, por un lado, en cómo los hombres, muchas veces, nos sentimos ajenos a un montón de cosas que pasan en torno a las masculinidades y al patriarcado. Quería ver qué pasa y qué se despierta si ponemos en tela de juicio a un padre, que es la persona que nos ha formado, y también aprovechar este contexto para explorar qué le pasa al personaje de Enric Auquer, que lleva huyendo de su familia toda su vida, intentando hacerse un espacio propio ajeno a ellos, pero que, en realidad, lo que ha estado haciendo ha sido darle la espalda y ya está, es decir, ha seguido disfrutando de los privilegios que le daba su familia y, al mismo tiempo, se ha podido permitir estar al margen de las cosas que no le gustaban. Y esta situación hace que, cuando lo llaman para ayudar a su familia, no tenga las herramientas necesarias para afrontarlo. Lo que hay aquí es un viaje hacia quién es él realmente.
P. El cortometraje habla de privilegios y de corrupción inmobiliaria pero también del poder o la influencia que tiene la familia en cada uno de nosotros. ¿Es posible escapar de eso?
R. Yo creo que escapar del todo no es posible. Lo que tenemos que hacer es saber de dónde venimos para poder cambiar las cosas a futuro y tomar decisiones para poder estar en paz. No creo que exista una forma de hacer borrón y cuenta nueva, sino que se trata de perder el miedo y ver si las cosas se pueden cambiar o mejorar y cómo.
P. ¿Por qué decidiste introducir la danza en el cortometraje?
R. La danza siempre me ha interesado mucho y, al pensar en cómo hacer este paralelismo entre las dos familias, la escogida y la de sangre, nos parecía interesante que Artur, el personaje al que da vida Enric Auquer, perteneciera a un mundo artístico para, así, señalar que no por el hecho de ser del mundo artístico es ajeno a los privilegios. Pensaba que era un entorno atractivo para jugar con dos aspectos: por un lado, el protagonista se ha refugiado en un mundo físico que no es hablado y, por tanto, no se tiene que exponer y, por otro, la danza también puede tener capas de privilegio y de estatus social porque hay grandes teatros, grandes nombres y grandes estructuras, así que Artur no está en un terreno tan lejano al de su familia.
En definitiva, la danza nos permitía expresar físicamente todo el viaje del personaje y, al mismo tiempo, añadirle más capas al tema del privilegio.
P. Hablando de privilegios, uno se acostumbra rápido a lo bueno. En una industria como es la audiovisual, en la que cuesta tanto levantar proyectos, ¿precisamente eso hace que uno tenga los pies en el suelo y no se acostumbre a las épocas, digamos, de bonanza?
R. Es complicado. Creo que en el mundo audiovisual las cosas van muy poco a poco y hay que aprovechar los momentos en que las cosas van bien, pero hay grandes estructuras que cuesta que se muevan y den paso a las nuevas generaciones.
P. ¿Tenías claro el casting desde el principio?
R. Era un proceso complejo porque es un corto pero tiene muchos personajes. Para mí, el trabajo con los actores es muy importante. Yo no sabría hacer el trabajo que hacen ellos. Por eso, necesito mucha confianza en el equipo y me gusta mucho incorporar las experiencias de los actores y juntos acabar de cerrar los guiones, que no se cierran hasta los ensayos. En este caso, era muy importante generar ese entorno.
Por otro lado, Enric Auquer es mi primo. Tenemos la suerte de venir de una familia de muchos primos, que nos dedicamos a las artes, y esto hace que trabajemos mucho juntos. Con Enric ya venimos colaborando desde hace tiempo. Mi corto ‘Fuga’ lo hicimos juntos. Nos entendemos muy bien y es muy bonito que pueda entrar en fases muy iniciales del proceso y que eso permita empezar a trabajar las cosas y a darles forma juntos. Para el resto de personajes, hay actores que tenía más claros, por ejemplo, Mona Martínez, para el papel de la madre. Y, a partir de ahí se fue añadiendo el resto, haciendo casting, pero también confiando mucho en qué energías se generaban entre los actores. Fue un proceso normal de casting.
P. ¿Qué aprendizaje te ha dejado este proyecto?
R. Veníamos de hacer dos cortos y llegar a este era cerrar el círculo abierto con los otros dos. Para mí, este corto iría en medio de los otros dos. El protagonista del primer corto que hice, cuando crece, se convierte un poco en el protagonista de ‘El Princep’ y este lleva al protagonista de ‘Fuga’.
Ha sido muy bonito ver que todo lo que habíamos puesto en el asador y que todo lo que queríamos probar para crear este universo nos ha llevado hasta aquí. El mayor aprendizaje ha sido ver que podíamos jugar, que podíamos probar cosas. Era la primera vez que escribía un guion mas parecido al thriller o a un guion más clásico. Yo vengo del documental y trabajo mucho desde la improvisación, busco con los actores cómo trabajar las cosas y, en esta ocasión, más que improvisar, el guion mandaba mucho. Fue la primera vez que nos enfrentábamos a esto y fue muy bonito. Esto es lo que me llevo. Y también ver que hay mil cosas que haría diferentes, que queda camino por hacer y que es emocionante.
P. ¿Qué proyectos tienes entre manos que se puedan contar?
R. Estoy trabajando en un largometraje con Francisco Kosterlitz, guionista de ‘Suro’. Llevamos ya unos meses y estamos en fase de tratamiento. Estamos muy contentos y avanzando. Durante el año que viene se irá materializando.